Estamos encabezando esta nueva era de la BioTecnología y la BioEconomía en donde tenemos el potencial de ser protagonistas en la cuarta revolución industrial. Vean el mensaje del Primer Ministro Canadiense.
El discurso de Justin Trudeau en el Foro Económico Mundial de 2016 plantea una visión de la biotecnología y la bioeconomía como motores clave en la posible cuarta revolución industrial, destacando la importancia de que estas tecnologías beneficien a toda la sociedad y no solo a unos pocos. La biotecnología, en particular, tiene el potencial de transformar múltiples sectores, desde la salud y la agricultura hasta la energía y el medio ambiente, impulsando un progreso significativo si se implementa con un enfoque equitativo.
Trudeau subraya que la nueva tecnología, incluida la biotecnología, debe ser una herramienta para el progreso humano y no solo un fin en sí misma. En este contexto, la biotecnología puede ofrecer soluciones innovadoras para desafíos globales, como enfermedades crónicas, seguridad alimentaria y sostenibilidad ambiental. Por ejemplo, los avances en edición genética y en terapias personalizadas pueden revolucionar el tratamiento de enfermedades, mientras que la biotecnología agrícola puede mejorar la resiliencia de los cultivos frente al cambio climático y ofrecer soluciones de nutrición para las futuras generaciones.
Sin embargo, Trudeau también advierte sobre los riesgos asociados con la disrupción tecnológica, como el desempleo y la desigualdad. En el caso de la biotecnología, esto puede manifestarse en la brecha entre aquellos que tienen acceso a las nuevas tecnologías y quienes no. Por lo tanto, es crucial que las políticas públicas y las estrategias empresariales fomenten la inclusión y el acceso equitativo a estas innovaciones.
La visión de Trudeau de un “liderazgo positivo y ambicioso” se traduce en la necesidad de políticas que no solo apoyen la investigación y el desarrollo en biotecnología, sino que también aseguren que los beneficios de estos avances se distribuyan ampliamente. Esto incluye invertir en educación y capacitación para preparar a la fuerza laboral para los trabajos del futuro y crear redes de seguridad para aquellos afectados por los cambios tecnológicos.